FRANCISCO JAVIER BRAVO DE MEDINA IZQUIERDO, 4º C:
Hola amiga:
Te sientes sola. Lo sé, es difícil que no te sientas así en tu situación y decirte que no lo sientas sería demasiado cliché.
No quieres hablar, no quieres dormir y no quieres comer
y eso no puede ser.
Vienen y te arrollan como una ola.
¿Qué puedes hacer para no amedrentarte?
Eres una persona única y maravillosa:
tenemos que salir de esto sin agacharte.
Bajas la cabeza tristemente, pero miraremos juntos hacia adelante.
Una ola se puede surfear, solo tienes que en la tabla de surf levantarte.
Imponte amiga mía, surfea la ola y saldrás reforzada, no asolada.
Escúchame: levanta la vista y verás que no estás sola. (Vaya, al final he dicho el cliché)
Situaciones así se producen a diario, no eres la culpable,
la violencia es violencia y nunca es justificable,
como si el violento en algún momento fuera razonable.
En este mundo tan devastador
no solo hay para ti miseria, violencia y desolación.
Por favor, compañera: sal del encierro, cuenta tu historia. Cervantes no podía usar un brazo y escribió de todos modos. Cada vez que te agreden o te hacen sentir menos, sentir que te arrancan una parte del alma…
Eso no puede impedirte actuar: habla con nosotros, te esperamos siempre. Siempre habrá esa persona, ‘esa persona’, nuestro ángel de la guarda, el que nos salva de mil batallas. Piénsalo, sería una pena que tuvieras que pasar la vida mirando al suelo.
Escúchame: levanta la cabeza. Alza la vista para vernos a quienes te rodeamos: amigos y familiares, ya lo sabes.
Por favor, compañera.
Por favor, amiga mía, no te vengas abajo.
Por favor, amiga mía, no agaches la cabeza, no te dejes amedrentar.
Porque eres importante para nosotros, eres importante para mí, y eres muy, muy importante para ti.